Una magia espectacular, la lectura de la mente, tiene su punto de apoyo...
Los jóvenes (y no tan jóvenes) gustan de la magia por aquello de dejar volar la imaginación; en todo tiempo se ha podido disfrutar de unos instantes (más o menos duraderos) con aquellos que han utilizado los medios que tenían a su alcance para dejar boquiabiertos a un público proclive a creer sin cuestionarse e indagar por su cuenta.
Me gusta cómo cuenta José Ramón Alonso el caso de la yegua telépata. De alguna forma, los docentes competentes comprometidos en mostrar lo mejor y singular del ser humano, han (hemos) de aprender a cuestionar e indagar. Eso sí, para ello no queda otra que dedicarse a buscar fuentes fidedignas para aprender de quienes saben y, luego, compartir.
Tal y como se expresa en la descripción de este blog...
Aprendemos en la medida que somos capaces de cuestionarnos, de indagar y compartir, esto es: HACIENDO.
Lo
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